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VIVO_2-2013-es

VIVO Corales 09 por Johannes Dürbaum Los corales duros son muy populares, entre otros motivos por su coloración. Si en las tiendas aparecen “nuevos colores” de una especie, experimentan una gran demanda y, por lo tanto, pueden costar varias veces lo que cuesta un color conocido de un coral. Este es uno de los motivos para la reproduc- ción vegetativa mediante fragmentación (“fragging”). ¿Pero de dónde procede exactamente el color de los corales hermatípicos? Los colores se crean mediante la diferente absorción y reflexión de la luz. Observando con más detenimiento, se ve que no solo los corales en sí (los llamados pólipos) poseen tales pigmentos en su tejido, sino también las zooxantelas unicelulares endosimbióticas que viven en el tejido del coral, con su peculiar carácter entre animal y vegetal. Las zooxantelas pertenecen mayo- ritariamente a los dinoflagelados, que no se pueden clasificar ni en la categoría de los vegetales ni en la de los animales. Hacia el exterior disponen de flage- los para desplazarse, por lo que son animales, pero en su interior albergan cloroplastos, en los que se puede encontrar clorofila y otros pigmentos produc- tivos en el metabolismo como los que se encuentran en una célula vegetal con actividad fotosintética. La intensidad lumínica es decisiva para la pro- ductividad de las zooxantelas y, por lo tanto, para el crecimiento de los corales. Al igual que en los vege- tales que practican la fotosíntesis, existe un punto de saturación y un valor óptimo en el rendimiento foto- sintético. Si se aumenta la radiación por encima de este punto de saturación, la producción de glucosa se colapsa debido a la inhibición de los procesos fo- tosintéticos. Debido a la carga excesiva, se colapsa la complicada cadena de transmisión de energía y de retención. Y justamente eso es lo que los animales deben evitar. Los corales de la misma especie viven a menudo a diferentes profundidades y, por lo tanto, están expuestas a situaciones lumínicas completa- mente distintas. Es evidente que algunas especies, a pesar de su elevada dependencia de la luz, han en- contrado maneras de existir de forma duradera con condiciones de vida así de diferentes. Ahí entra en juego la distribución de los pigmentos. Como organismos que fijan la energía, las zooxantelas no están distribuidas aleatoriamente en el tejido del coral. Si hay mucha luz, como en la su- perficie del mar, se retraen a más profundidad en el tejido del coral y la capa de pigmento se encuentra arriba y actúa como filtro. La luz que llega a los pig- mentos se refleja como luz de color. La consecuencia es que solo parte de la radiación alcanza las zooxan- telas. Así, estas están protegidas frente al exceso de luz y a la inhibición. En cambio, en las formas de aguas profundas, las zooxantelas están situadas en las capas superio- res del tejido, donde están ávidas por conseguir la poca luz existente. La luz que no pueden captar cae sobre los pigmentos situados a más profundidad, que la vuelven a reflejar hacia delante y hacia la parte posterior de las zooxantelas. Esta construcción es si- milar a una trampa de luz. Sin embargo, en la naturaleza se ven corales de la misma especie de diferentes colores unos directa- mente junto a los otros. Las colonias de Seriatopora hystrix (Pocilloporidae) o Montipora digitata (Acro- poridae) son ejemplos de ello. Variedades marrones y de colores crecen directamente unas junto a las otras. Esto hace pensar que se trata de predisposi- ciones genéticas que no tienen ninguna ventaja deci- siva para la simbiosis, ya que de lo contrario como mínimo dominaría un color. Es decir: si se quieren corales de colores espe- cialmente vistosos, se necesita la intensidad lumínica ideal para atraer los pigmentos del tejido hacia de- lante. ¡Pero también se necesita la luz correcta! Los numerosos pigmentos de las zooxantelas que parti- cipan en la fotosíntesis necesitan luz con longitudes de onda concretas. En determinadas circunstancias, esto puede incluir también pequeñas cantidades de luz UV-A y UV-B, a la que los animales al fin y al cabo también están expuestos en la naturaleza. Los pig- mentos fluorescentes existentes en el tejido absor- ben la radiación UV-A y UV-B y la “frenan” a frecuen- cias menores que la convierten en útil para la fotosíntesis de la zooxantelas. Es indiscutible que determinados minerales re- fuerzan la coloración general de las colonias de cora- les duros y sus pigmentos, sin que, debido a sus ba- jísimas concentraciones, sea posible encontrarlos en los pigmentos más adelante. Si se introducen tales oligoelementos en el acuario, los colores se intensifi- can en cuestión de pocas semanas. No obstante, para ello los valores de nitrato y fosfato del agua de- ben encontrarse lo más cerca posible del límite cero, al igual que en la naturaleza. Aguas profundas: poca luz Los pigmentos situados detrás de los cloroplastos reflejan la luz hacia los cloroplastos. Aguas poco profundas: mucha luz Los pigmentos reflejan la luz y pro­tegen los cloroplastos frente a la luz excesiva. LUZ LUZ Cloroplasto Pigmento sera marin COMPONENT 3 y 4 contienen los oligoelementos im- portantes para el crecimiento y la intensificación naturales de los colores.

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